Restricciones de asilo saturan a los albergues
Se reportan hasta 500 deportaciones diarias en Arizona y comienzan a aglomerar sitios de Sonora, pero otros espacios del lado mexicano comienzan a tener el mismo problema
Algunos albergues al sur de la frontera de Estados Unidos atienden a muchos más migrantes ahora que el gobierno estadounidense dejó de considerar la mayoría de las solicitudes de asilo, mientras que en otros no se han producido grandes cambios.
El impacto parece irregular más de una semana después de la entrada en vigor de la suspensión temporal impuesta por Estados Unidos. Los albergues al sur de Texas y California tienen bastante espacio, mientras que hasta 500 deportaciones diarias desde Arizona agobian a los que se encuentran en el estado de Sonora, México, señalaron sus directores.
“Tenemos que rechazar a las personas porque no podemos, no tenemos espacio para todas las personas que necesitan refugio”, lamentó Joanna Williams, directora ejecutiva de Kino Border Initiative, que puede alojar hasta 100 personas a la vez.
Alrededor de 120 personas ocupan el albergue de San Juan Bosco en Nogales, al otro lado de la frontera de la ciudad de Arizona con el mismo nombre, un aumento con respecto a las cerca de 40 que había antes del cambio en la política, de acuerdo con su director, Juan Francisco Loureiro.
“Hemos tenido un incremento bastante notable”, dijo Loureiro el jueves. La mayoría de ellos son mexicanos, incluidas familias y personas adultas. México también acordó aceptar a deportados de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
Un refugio en Agua Prieta, un remoto poblado en la frontera con Douglas, Arizona, también comenzó a recibir a más hombres, mujeres y niños mexicanos la semana pasada: 40 el domingo, más de 50 el lunes y después alrededor de 30 al día. Al igual que los que se envían a Nogales, la mayoría entraron a Estados Unidos más al oeste, a lo largo de la línea estatal entre Arizona y California, de acuerdo con Perla del Ángel, trabajadora del Exodus Migrant Attention Center.
Los mexicanos representan un porcentaje relativamente alto de los arrestos fronterizos en gran parte de Arizona en comparación con otras regiones, lo que podría ayudar a explicar la razón por la cual Nogales se ha visto afectada. Los mexicanos suelen ser la nacionalidad más fácil de deportar porque los funcionarios sólo tienen que conducirlos hasta un puesto fronterizo en lugar de organizar un vuelo.
Contrastes de migración
Pero en Tijuana, los directores de cuatro grandes albergues dijeron esta semana que no han recibido a un solo migrante deportado desde que las restricciones al asilo entraron en vigor. Al Otro Lado, un grupo de defensa de los migrantes, asesoró únicamente a siete de ellos en el primer día de operación de una cabina de información en el principal cruce donde los migrantes son deportados desde San Diego.
“Lo que hay ahorita es mucha incertidumbre”, señaló Paulina Olvera, presidenta de Espacio Migrante, que aloja hasta 40 personas que viajan en familia, predominantemente de México, y que tiene a otras durmiendo en la acera exterior. “Hasta ahora, lo que hemos visto son los rumores y el impacto de la salud mental de las personas. Todavía no hemos visto retornos”.